16 febrero 2008

CALIDAD

CALIDAD:
¿MITO O REALIDAD?

La búsqueda del Santo Grial tiene su génesis en la literatura artúrica (siglos XII y XIII), aunque se pueden trazar orígenes más remotos a partir de leyendas y relatos celtas mucho más antiguos. En esencia, relata la historia de los Caballeros del Rey Arturo (Mesa Redonda) y su búsqueda del divino objeto usado en la última cena de Jesucristo con sus apóstoles.

Por otra parte, seguimos con las leyendas y mitos, la Piedra Filosofal era la sustancia, para los alquimistas, capaz de transmutar la naturaleza de los objetos y convertirlos en oro, otorgar la inmortalidad y, entre otras virtudes, curar enfermedades.

El hombre (y la mujer, por supuesto) postmoderno está –aparentemente- por encima de estos mitos arcaicos, anteriormente mencionados; pero provisto de estadísticas, indicadores, sistemas de medición y otros útiles más sinuosos y sutiles recrea, aunque nos parezca mentira, la búsqueda de nuevos mitos (“Griales” y “Piedras”…) que, sin la carga de lirismo y efluvios románticos que guiaron históricamente a sus antepasados, fundamenten su existencia.

La búsqueda de la Calidad se ha convertido en uno de los mitos contemporáneos más interesantes, de cara a su análisis, que han surcado las últimas décadas de nuestra historia. Sus orígenes, cuando se rastrean, parecen ser remotos, aunque con diferentes nombres y definiciones. Es, en cualquier caso, durante el siglo XX y en el marco empresarial e industrial cuando este concepto adquiere sus momentos de mayor gloria y esplendor. Ciertamente, como con otros muchos conceptos e ideas, por un fenómeno de ósmosis, capilaridad y mimetismo son muchos ámbitos sociales y organizativos los que han adoptado, sin complejos, la búsqueda del “Grial” de la Calidad.

Nadie en su sano juicio, aún bajo tormento y tortura, abjuraría de la Calidad como norte de sus desvelos. Nos sentiríamos incómodos si negásemos la búsqueda de la Calidad en todas y cada una de nuestras acciones: comprar un coche, buscar una casa, educación, sanidad, ocio, consumo….. por citar sólo algunos campos, de entre cientos o miles, en los que la Calidad se ha convertido en la máxima aspiración de los mortales.

Aunque se pretenda “normalizar” el término, existen muchas visiones de la Calidad. Lo que para unas personas posee las virtudes del concepto, para otras no lo es tanto. Consecuentemente, de significar tantas cosas (por un mecanismo absolutamente lógico), el término Calidad puede pasar a no significar absolutamente nada. Puede llegar a convertirse en un concepto hueco, recurrente y manido más cercano (que me perdone Platón por la licencia) al “Mundo de las Ideas” que a la diosa de la eficacia y productividad a la que pretende servir.

Dando por sentado que todos sabemos a qué nos referimos cuando hablamos del citado concepto (lo que es, probablemente, una falacia) el discurso oficial de los “Teólogos de la Calidad” (que me perdonen aquí los otros Teólogos) focaliza su doctrina en la aplicación de técnicas ungidas por el bálsamo de la eficacia, sacralizadas por las estadísticas de la producción y santificadas, finalmente, por el todopoderoso Mercado.

Bueno sería, digo yo, la búsqueda de planteamientos serios tendentes a lo que son las legítimas aspiraciones de muchas personas: mejorar, evolucionar, solucionar los problemas…. Y eso me parecería magnífico, de verdad. Pero, una vez más, me da la impresión que asistimos a la creación de una nueva casta de “gurús” o “sumos sacerdotes” que, con mayor o menor acierto, legitimarán con su interpretación de los hechos y la doctrina las actuaciones de los pobres mortales que se encuentran al otro lado del púlpito. Habremos, eso sí, evolucionado; ya no tendremos que sacrificar a un pobre animal (Levítico) o destriparlo para interpretar los designios divinos sino que nos conformaremos con retirarle (si la tuviese en su poder) o denegarle una limpia y aséptica certificación de Calidad.

Qué le vamos a hacer; ya lo dijo Salomón en el Eclesiastés: “Nihil sub sole novum"… (No hay nada nuevo bajo el sol…).

Ánimo y a seguir en la "lucha"…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Una visión a través de la historia, de un mundo singular de leyendas y creencias...
Me gustó mucho Juan no se si tendrá algo que ver el marco en que lo estructuras, el origen...
Besos y sonrisas.. Feliz semana.

El tigre herido...