Hola. En estos tiempos, donde la vorágine consumista nos inunda hasta niveles impensables, recordemos que no siempre "más" significa "mejor". Muchas veces "menos" es "más". De tanto correr y acumular, nos olvidamos de saborear aquellos placeres que tenemos en nuestras manos, que rápidamente pasan a ser fetiches del pasado, alojados en paredes, estanterías, fotos, muros digitales...
Vivir la vida no es malgastarla con gestos inútiles de cara a la galería, sino vivirla por dentro. Una vez más, un reto al que podemos enfrentarnos o eludir para seguir corriendo, huyendo de todo lo que pueda generarnos desazón y amenace con destruir la búsqueda eterna del hedonismo más estéril y anhelado. Depende de nosotros.
En este día tan señalado, que el parón Navideño nos sirva para reencontrarnos con nosotros mismos y lo que realmente nos importa en nuestra vida.
Un fuerte abrazo.
1 comentario:
Yo creo que en esos pequeños placeres de los que hablas es donde se encuentra la magia de la Navidad, en saborearlos y compartirlos con la gente que quieres. Una acertada reflexión, Juan. Besos y que tengas una navidad maravillosa
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