09 diciembre 2014

CSI, Sun Tzu y el liderazgo en las organizaciones (1ª parte)

De entrada, quisiera aclarar que no vamos a tratar en este foro sobre las hazañas e investigaciones criminalísticas de la serie televisiva CSI (Crime Scene Investigation). Se trata de algo más prosaico y cercano a nuestro entorno ibérico. Un grupo de amigos, ya conocen a algunos de ellos por las referencias de anteriores artículos en las que les he mencionado, decidimos fundar algo parecido a lo que en determinados ambientes académicos y profesionales se conoce con el nombre de Think Tank, así, tal como suena. El caso es que un día, de esos en que nos reunimos para charlar, decidimos constituirnos oficiosamente en nuestro particular CSI, esto es, Club de Sufridores de la Incompetencia. Vaya por delante nuestra particular impericia en muchos campos, que quede claro. Siendo fieles al Oráculo del templo de Apolo, en Delfos -Gnosce te ipsum (conócete a ti mismo)- y a los principios de la psicoterapia sistémica, que han alumbrado iniciativas tan interesantes como ludópatas, alcohólicos o sexoadictos anónimos, lo primero que hacemos al reunirnos es reconocer nuestra propia incompetencia. El mantra que recitamos en ese momento, aparte de sus maravillosos efecto catárticos y liberatorios, nos permite analizar y criticar, para qué vamos a engañarnos a estas alturas, la incompetencia ajena. Sobre todo, la de aquellos que, en razón de la responsabilidad que ocupan, deberían de practicar un alto grado de competencia y, por qué no, cierta vocación de servicio a la comunidad. Como no podría ser de otra manera, practicando el respeto a las personas -de ahí el anonimato de los personajes o casuísticas aludidas- pero cargando las tintas en las conductas o actuaciones que nos parecen manifiestamente mejorables; ni más ni menos que siguiendo la doctrina de Concepción Arenal, "odia al delito y compadece al delincuente", aplicada, claro está, al campo objeto de nuestro análisis, las organizaciones.

Dicho todo lo anterior, recuerdo una de nuestras "sesiones de trabajo" -hay que llamarles de alguna manera a los encuentros, es lo que tiene la dinámica de grupos- en la que reflexionábamos sobre el Maestro Sun Tzu, estratega militar, filósofo y general chino que vivió, aproximadamente, en el siglo IV a.C. Nos ha legado a la posteridad un tratado sobre estrategia militar, "El arte de la guerra", sobre el que se han escrito montañas de libros y reseñas en las últimas décadas y sus estrategias, aplicadas a la gestión corporativa y empresarial, han nutrido multitud de congresos a lo largo y ancho de todo nuestro planeta. Por tanto, no es de extrañar su presencia en este blog ni en las reflexiones del singular Think Tank del que les he hablado al comienzo de este artículo.

No les vendría mal reflexionar sobre los principios estratégicos del referido Maestro a determinados líderes o directivos que adornan (el uso del término es interesado) con su presencia ciertas magistraduras (en el sentido romano del término) o cabeceras de corporaciones. Sentado lo anterior, volvamos al general chino y a su doctrina.

Sun Tzu parte de la premisa de que hay que lograr la victoria sin combatir. Curiosa paradoja si la interpretamos al pie de la letra y no profundizamos en las enseñanzas que nos puede aportar este principio. El estratega concede una importancia capital al conocimiento minucioso de elementos tales como el campo de batalla, las fuerzas del ejército enemigo, su disposición sobre el terreno y a la realización de un trabajo de inteligencia efectivo (recopilar información e interpretarla, dándole sentido más allá de lo evidente). Si aplicamos estas enseñanzas al mundo de la gestión corporativa, las organizaciones deben conocer en profundidad las fortalezas y debilidades del entorno y de otras corporaciones que coexisten en el escenario de intervención. Cómo no, complementándolo con un análisis riguroso de las fuerzas y puntos débiles internos. Sun Tzu nos diría, en este sentido, lo siguiente: "La razón principal por la que el general sabio conquista al enemigo es el conocimiento previo" o esta otra, "Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo. Conoce el terreno y el clima".

Si, en el plano gerencial y directivo, un líder no conoce las fortalezas y debilidades de la organización que gestiona no puede ni siquiera aspirar a obtener un buen resultado ni llegará a alcanzar los objetivos que tiene por delante. Este conocimiento es básico para poder organizar y optimizar los recursos de los que dispone y establecer tareas, asignar responsabilidades y cargas de trabajo en función de los perfiles profesionales y competencia de sus colaboradores y subordinados. No hacerlo supone malgastar, por una parte, un valioso caudal de conocimientos acumulados y, por otra, infravalorar y generar frustración en buenos profesionales que ven como su día a día se convierte en una sempiterna sabana africana repleta de tonos ocres y grises que no les ofrece la posibilidad de enfrentarse a escenarios propicios para la motivación o la realización profesional.

A este respecto, uno de los miembros del Club (CSI), confesaba la profunda frustración que siente en su trabajo, compartida con muchos colegas, ya que sus aptitudes y experiencia profesional no son tenidas en cuenta y, lo que es peor aún, quien tiene capacidad para asignar trabajo no dispone ni de la creatividad para buscar soluciones ni de la competencia para cuadrar perfiles profesionales y humanos con las tareas que deben realizar. El ambiente es, proseguía, gris y anodino. Estamos deseando que lleguen las tres de la tarde para poder comenzar a disfrutar del día.
Otro de nuestros "sufridores" sacaba a colación el poco tacto que habían demostrado en su entorno laboral cuando, en la asignación de puestos de responsabilidad para un nuevo proyecto de importantes dimensiones, habían desestimado a personas de probada eficacia y solvencia por oscuras e inconfensables venganzas corporativas -rabietas de niños malcriados, en suma- que anteponían la egolatría desmedida de intereses personales de los directivos y acólitos ante los intereses de la corporación y el servicio de prestaban a la comunidad.  

El Maestro Sun Tzu nos aporta la siguiente máxima: "Y por eso el general que entiende la guerra es quien controla el destino de su pueblo y quien garantiza la seguridad de la nación". Por supuesto, a este buen señor no se le ocurrió sugerir que dirigiese la batalla el último advenedizo que se hubiese incorporado al ejército, ni el hijo, sobrino, amante o primo lejano de un general victorioso que hubiese aprendido el arte de la guerra en manuales teóricos y alejados del campo de batalla. Lo que nos dice aquí, ni más ni menos, es que uno debe poseer unos profundos conocimientos sobre el sector en que va a operar como líder; la gran mayoría de los grandes directivos conocen el oficio porque han prosperado y aprendido en la organización correspondiente y son expertos en el oficio. Si nos dirigiésemos a cualquier empresario o emprendedor de éxito, nos diría que el factor más importante para garantizar el éxito de una empresa, corporación o compañía se basa en el historial y carácter de las personas que las lideran. ¿Les suena de algo el término "Cursus Honorum"? Les sugiero que revisen el artículo que lo aborda en este blog.


Temblando estaban, al unísono, todos los miembros del CSI ya que se avecinaban elecciones y, presumiblemente, muchos tendrían que adaptarse a la nueva camada de jóvenes cachorros, pletóricos de ambición política y desprovistos de un conocimiento profundo de los puestos de mando y sus responsabilidades, que pronto se incorporarían para regir los destinos de las diferentes administraciones y corporaciones públicas que conocían tan bien. La historia de los últimos años había dejado bien claro que la proporción aproximada para valorar el éxito de las nuevas incorporaciones consistía en que uno de los neófitos lo hiciera razonablemente bien, mientras que dos o tres de ellos necesitarían un "hervor", vamos, que su madurez previa para ocupar los puestos había que buscarla en su curriculum con un microscopio de muchos aumentos. Siguieron charlando un buen rato sobre las enseñanzas del Maestro Sun Tzu. Habrá ocasión de trasladar dichas reflexiones en futuras entregas.

Ni que decir tiene que seguiremos hablando de Sun Tzu en próximos artículos. Su legado y reflexiones estratégicas bien lo merecen. 


Continuará...

"El arte de la guerra vs. la guerra de los 'artistas', a saber, aquéllos que hacen del diletantismo una virtud para justificar su mermada cualificación". 

@WilliamBasker



Para Sun Tzu lo más importante es “lograr la victoria sin combatir”. Por esto, Lidell Hart plantea de que la humanidad se hubiera podido ahorrar gran parte del daño sufrido “si, en las guerras del siglo XX, la influencia del pensamiento militar de Clausewitz se hubiera completado con las enseñanzas del filosofo chino”.
Consecuente con esta filosofía Sun Tzu concedía mucha importancia al conocimiento previo del campo de batalla, de las fuerzas del enemigo, su disposición en el terreno, así como un trabajo de inteligencia efectivo.
Asimilando esto al campo de los negocios, los especialistas del “management” reiteran que, para formular sus estrategias, las empresas deben conocer con profundidad, la situación de los mercados, las fortalezas y debilidades de sus competidores, asi como tener un diagnóstico preciso sobre sus fuerzas y debilidades internas. “La razón principal por la cual el general sabio conquista al enemigo, es el conocimiento previo”, plantea Sun Tzu.
Una frase del filósofo chino muy recurrente para especialistas de temas gerenciales es: “Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo. Conoce el terreno y el clima”. Las inferencias de estas ideas para el manejo de las organizaciones pueden resumirse en lo siguiente:
Tener claro cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, para poder organizar nuestros recursos para una batalla efectiva. En el plano personal “Conócete a ti mismo”.
Un comentario. Esta es la primera de las habilidades de la inteligencia emocional, uno de los enfoques gerenciales más difundidos en los últimos años.
Conocer las de los competidores para poder “atacar” en los puntos donde sea más vulnerable (segmentos de mercados desatendidos, servicio de postventa insuficiente, tardía respuesta a demandas de clientes). Sun Tzu aconseja “Si quieres estar seguro de ganar, ataca un lugar que tu enemigo no defienda”
El “terreno” hay que entenderlo como el “mercado”, que además de los competidores está integrado por clientes, sistemas comerciales, etc. El “clima” se identifica como el “entorno” donde están presentes tendencias tecnológicas, económicas, políticas, sociales, medio-ambientales, regulaciones, e
- See more at: http://www.altag.net/sun-tzu-y-el-arte-de-la-guerra-para-los-negocios/#sthash.XfOcFikW.dpuf



Para Sun Tzu lo más importante es “lograr la victoria sin combatir”. Por esto, Lidell Hart plantea de que la humanidad se hubiera podido ahorrar gran parte del daño sufrido “si, en las guerras del siglo XX, la influencia del pensamiento militar de Clausewitz se hubiera completado con las enseñanzas del filosofo chino”.
Consecuente con esta filosofía Sun Tzu concedía mucha importancia al conocimiento previo del campo de batalla, de las fuerzas del enemigo, su disposición en el terreno, así como un trabajo de inteligencia efectivo.
Asimilando esto al campo de los negocios, los especialistas del “management” reiteran que, para formular sus estrategias, las empresas deben conocer con profundidad, la situación de los mercados, las fortalezas y debilidades de sus competidores, asi como tener un diagnóstico preciso sobre sus fuerzas y debilidades internas. “La razón principal por la cual el general sabio conquista al enemigo, es el conocimiento previo”, plantea Sun Tzu.
Una frase del filósofo chino muy recurrente para especialistas de temas gerenciales es: “Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo. Conoce el terreno y el clima”. Las inferencias de estas ideas para el manejo de las organizaciones pueden resumirse en lo siguiente:
Tener claro cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, para poder organizar nuestros recursos para una batalla efectiva. En el plano personal “Conócete a ti mismo”.
Un comentario. Esta es la primera de las habilidades de la inteligencia emocional, uno de los enfoques gerenciales más difundidos en los últimos años.
Conocer las de los competidores para poder “atacar” en los puntos donde sea más vulnerable (segmentos de mercados desatendidos, servicio de postventa insuficiente, tardía respuesta a demandas de clientes). Sun Tzu aconseja “Si quieres estar seguro de ganar, ataca un lugar que tu enemigo no defienda”
El “terreno” hay que entenderlo como el “mercado”, que además de los competidores está integrado por clientes, sistemas comerciales, etc. El “clima” se identifica como el “entorno” donde están presentes tendencias tecnológicas, económicas, políticas, sociales, medio-ambientales, regulaciones, e
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3 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta mucho este post, el Club y el Maestro Sun Tzu. No lo conocía. ¡Gracias!
Me quedo pendiente de futuras entregas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Buen post, y buen ejemplo para tomarlo en cuenta como organizador, lider... considerado su texto como un excelente ejemplo de estrategia taoísta.
Su libro como tu ya bien sabes tiene gran aceptación en todos los sectores, aboga por la diplomacia, y en la administración pública precisamente es donde más se podrían abordar sus estrategias. con respecto a la intrusión o falta de capacidad (diletantes) en todos los campos los encontramos queriendo hacerse pasar la mayoría de las veces por doctos en la materia.Como curiosidad hojas de bambú.... Una buena manera de enfocar el artículo. Besitos mil

Julia C. Cambil dijo...

Muy buen post, Juan Antonio. Interesante y ameno.

Tengo un amigo, comercial de una cara marca de café, al que "aleccionan" en sus reuniones trimestrales con pasajes de "El arte de la guerra". El a veces no encuentra mucha correlación entre lo que expresa el autor y su campo de trabajo, pero se aplica cuanto puede en la comprensión. Debo confesar que hemos mantenido largas conversaciones sobre el tema y que no hemos reido con ganas. Incluso me regaló un ejemplar por mi cumpleaños, el cual confieso no haber podido terminar por tedioso (en mi opinión) :(

Un abrazo, y gracias por compartir con nosotros vuestras disquisiciones :))

Feliz finde!!

El tigre herido...