Comprobó el dispositivo. Un minuto
más y habría acabado con su martirio. Sin ningún atisbo de lástima
o remordimiento, aguantó la respiración y apretó la pantalla
táctil del teléfono para activar la llamada. El coche de aquel
miserable estallaría con él dentro.
Hubo una explosión de luz
súbita. Al abrir los parpados, tras salir del coma inducido,
contempló los ojos llorosos del canalla que la había postrado allí
con su última paliza.
4 comentarios:
Buenos días, Juantobe. Perdoname,pero es que no entiendo el micro. Lo he leído cuatro veces y no hay manera. A lo mejor es porque aún estoy dormida,no sé.
Un besito y disculpame de nuevo.
Una mujer maltratada, estando en coma, imagina que detona un coche bomba con verdugo dentro. Luego despierta y lo primero que ve es el rostro lacrimoso del malnacido.
Yo creo que Christina Peralta está en lo cierto, por lo menos eso es lo que yo he entendido del texto. Una pena que fuera sólo un sueño...
Un beso, Juan
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