Tras cierto tiempo ausente, mediáticamente hablando, tengo intención de retomar este espacio (que pretende ser compartido) en breve.
Horas de reflexión, lecturas, búsqueda de sosiego y otros menesteres... han ocupado este tiempo.
Como "emigrante digital" añoro los formatos anteriores a este nuevo marco que nos absorbe e invade por donde quiera que vayamos. De hecho, me resisto al abandono de elementos absolutamente arquetípicos como libros, periódicos (en papel) agenda y cuadernos de notas.
Me pregunto si será posible transitar eternamente entre ambos mundos o, llegado el momento, dar el salto definitivo hacia este nuevo entorno que nos seduce con cantos de sirena pero, a un tiempo, nos exige entrega, devoción, tiempo y... ¿qué nos da a cambio? Ciertamente, accesibilidad a recursos impensables "antesdeayer", ingente capacidad de almacenamiento, conectividad inmediata con recursos, personas y elementos...
Como contrapartida, al menos para los "emigrantes" que no hemos tenido la ocasión de formatear nuestro cerebro desde el primer momento en este nuevo paradigma, cabe la posibilidad de que muchos de nosotros transitemos hacia lo que se ha dado en denominar "patologías de Internet". Todo un mundo (o submundo, ¿deberíamos decir?) de gran interés analítico pero, en el caso de los "sufridores", un marco vital problemático que dificulta un disfrute pleno de otros aspectos esenciales de nuestras vidas.
Conciliar ambos aspectos (la evolución tecnológica con la calidad de vida...) es un reto que tenemos por delante. Hablaremos en próximas entregas de algunas de estas patologías, entrando en detalles y buceando por ese proceloso mar que comienza a inundarnos inexorablemente...
SALUD.