21 julio 2025

VITAMINAS PARA NO MORIR (de estrés).

 

Crónicas cotidianas. 

 

 

Todo empezó con un bostezo. Uno tonto, sin épica ni poesía, de esos que te pillan en mitad de una reunión, con la cámara apagada y el alma en modo avión. Fue entonces cuando alguien —probablemente con bata blanca de atrezo y sonrisa de influencer bio— decidió que el problema no era la vida moderna, ni el jefe imbécil, ni la carga mental, ni el capitalismo emocional… sino la falta de magnesioA partir de ahí, la cosa se desmadró. Si te sientes cansado: vitamina B12. Si estás triste: triptófano. Si tienes ansiedad: ashwagandha (suena a conjuro, pero la venden en cápsulas). Si duermes mal: melatonina. Y si no te pasa nada… vitamina D, por si acaso. Lo llaman prevención. Yo lo llamo pánico encapsulado.

Bienvenidos al nuevo dogma nutricional: el cuerpo humano ya no sabe vivir si no se le da todo en pastillas. Ni pensar sin omega-3, ni someterse al ancestral arte copulatorio sin maca andina. Y cuidado con decir que estás decaído… porque igual en lugar de apoyo emocional te recetan zinc quelado.

Y no es solo que esta farmacopía color pastel sea absurda. Es que a veces, encima, es peligrosa. El exceso de algunas vitaminas se acumula en el cuerpo como rencores mal digeridos, y pueden joderte el hígado más que un finde con mojitos. Pero nadie te lo cuenta. Porque “lo natural no hace daño”, dicen. Como si la cicuta fuera un aderezo del brunch.

Mientras tanto, el hígado, ese héroe silencioso, sigue ahí procesando tus polvos mágicos y tus infusiones con nombre de hechizo, pidiendo a gritos una tregua y una dieta con sentido común. Pero claro, eso no se vende en cápsulas.

No digo que dejes de tomar suplementos. Digo que si lo haces, no sea para evitar pensar, sentir o vivir. Digo que quizás tu fatiga no se cure con ginseng, sino con dormir ocho horas, mandar a la mierda a quien debas… o simplemente apagar el móvil.

Y si alguna vez tienes la tentación de creer que la vida cabe en un blister... recuerda esto: si el suplemento promete “equilibrar tu sistema emocional”, probablemente lo que necesitas es terapia. O un buen amigo. O un lunes sin reuniones.

Tu cuerpo no es idiota. Tú tampoco.

Solo necesitas creer un poco más en ti… y un poco menos en el herbolario.

13 julio 2025

TOX, el mito moderno de la limpieza milagrosa

 

Crónicas sin misericordia.

Todo empezó —como tantas desgracias contemporáneas— con una mezcla letal de culpabilidad mal digerida, estética de herbolario y marketing con pretensiones místicas. De repente, el cuerpo humano —esa máquina afinada tras milenios de evolución— dejó de ser sabio para convertirse en un contenedor de toxinas, mugre emocional y residuos de croissant industrial que solo se podían eliminar bebiendo algo verde, caro y que sabía, curiosamente, a césped recién segado con aroma a pepino triste.

Lo llamaron detox, porque “lavativa emocional” no quedaba bien en Instagram. Y lo convirtieron en religión laica. Los profetas: influencers que un día se constiparon (en el sentido anglosajón del término, es decir, que sufrieron estreñimiento… no un catarro, aunque a algunos les vendría bien también un poco de aire en la cabeza) y, tras un enema de jengibre, vieron la luz. Los fieles: hordas de penitentes con leggings de colores que ayunan con más devoción que un cartujo en Semana Santa. Y el mensaje es claro: si no te purificas con zumo de clorofila y carbón activado, probablemente estás a punto de morir… o peor: de retener líquidos.

Mientras tanto, el hígado, ese héroe sin medalla, sigue ahí, callado, trabajando sin contrato ni aplauso, procesando gin-tonics, ansiedades, grasas trans y algún que otro atracón de domingo. Lo mismo el riñón, que nunca se ha quejado del jamón ni del café, pero ahora resulta que necesita apoyo emocional en forma de infusión de diente de león.

Pero claro, decir que el cuerpo ya se limpia solo no vende. No hay beneficio en recordarle a la gente que ya está equipada con un sistema de depuración más eficaz que todo el lineal de herbolario junto. Mucho mejor inventar un reto detox de 21 días, donde el día 7 lloras, el día 14 insultas y el día 21… bueno, te permites una galleta. Sin gluten. Sin azúcar. Sin dignidad.

No digo que esté mal cuidarse. Solo digo que quizá el problema no sean las toxinas, sino el delirio colectivo que nos hace creer que la salud se compra en frascos con etiqueta pastel. Que si de verdad quieres “limpiarte”, empieces por filtrar mejor lo que te entra por los ojos y por los oídos.

Y, por favor, la próxima vez que sientas el impulso de tomar un batido detox, tómate una siesta. O dos. Es igual de efectivo, más barato… y tu hígado lo agradecerá con un suspiro de alivio y una producción de bilis ajustada y sin sobresaltos. 

09 julio 2025

MONPO, o el día que un reloj decidió que éramos vagos.

 


Crónicas con pulsera y sin misericordia.

Todo empezó con un número redondo: 10.000. No 8.937, que quizá sería más honesto, ni 12.402, que igual funcionaba mejor. No. Diez mil. Una cifra zen, pulcra, con aire de proverbio. Fue en el Japón de los sesenta, del siglo XX..., con las calles todavía oliendo a Juegos Olímpicos y a futuro, cuando a algún genio del márketing se le ocurrió que si el país caminaba, habría que ponerle contador. Así nació el manpo-kei, algo así como “contador de pasos del deber patrio”, o eso entendimos después de tres sake.

Y desde entonces, medio planeta vive con la sospecha íntima de ser un vago. Lo que arrancó como campaña publicitaria de podómetros se volvió dogma de fe sudorosa: no eres nadie si no has paseado, corriendo, 10.000 veces al día, aunque sea por el pasillo, en pijama y con las bolsas del Mercadona. Porque si el reloj no lo marca, no ha pasado. Literal.

Pero ¿quién decidió que 10.000 era la cifra mágica? ¿Un médico? ¿Un comité de sabios? ¿Un chamán fit de TikTok? Spoiler: nadie. Lo parió una campaña de márketing y lo convirtió en mantra esa ansiedad contemporánea que necesita saber cuánto vale un paso, un beso, una siesta. El Monpo es eso: la monetización del movimiento. El negocio de la culpa cardio.

Y aquí estamos: siglo XXI, a las doce menos cinco de la noche, caminando en círculos como penitentes para que el anillo del smartwatch se cierre y el alma se libere. Respiramos por apps, dormimos por apps, caminamos por apps. Y luego nos preguntamos por qué estamos tan cansados.

No se trata de criminalizar al andarín. Caminar es sano, sí. Lo era ya cuando ni existía el calzado. Pero el cuerpo humano sabe más que tu Fitbit. Sabe cuándo moverse, cuándo estirarse, cuándo decir “no voy al gimnasio porque estoy hasta el moño”. El problema es que hemos externalizado la sabiduría corporal. Preferimos que nos lo diga una pantalla con voz de coach escandinavo.

Este artículo no es un alegato contra los pasos. Es una tregua. Mi reloj, por cierto, mientras escribo esto, ha vibrado con autoridad moral y me ha exigido levantarme. Le he dicho que hoy no. Que estoy escribiendo sobre él. Que se calle. Que hoy haré 7.493 pasos. Por insurrección. Por salud mental. Por venganza....

Con este texto inauguramos una serie amable, sí, pero también con ceja arqueada y sonrisa ladeada, sobre los delirios del bienestar moderno. No vamos a desmontarlos (qué va), pero al menos vamos a mirarlos de frente y con ironía. Porque quizá el bienestar no consista en andar 10.000 pasos, sino en saber cuándo sentarte… y no volver a levantarte hasta que lo diga tu cuerpo o tu mente, mejor ambos, no tu reloj.

08 julio 2025

Un profesional intachable. Una confesión sin absolución posible...

 Relato corto en cinco entregas.

Durante más de tres décadas, ha sido el modelo perfecto de virtud clerical. Pero la llegada de una misteriosa y enigmática feligresa desata una tormenta interior que ningún catecismo, penitencia ni ascenso eclesiástico podrá contener. En el laberinto de una correspondencia cada vez más íntima y sugerente, este sacerdote se enfrenta al abismo entre su vocación y su humanidad, entre el dogma y el deseo, entre la apariencia y la verdad.
En este relato breve, de intensidad demoledora, el lector es testigo de la paulatina fractura de una conciencia atrapada entre la represión moral y el temblor de una epístola. Lo que comienza como una inquietud difusa se transforma en una espiral de palabras que erosiona los cimientos de una vida entera. Sin recurrir a lo explícito ni a lo obvio, el relato indaga en las zonas más oscuras del alma, allí donde la fe, el poder y el deseo se rozan peligrosamente.
Con una prosa sobria y afilada, Un profesional intachable despliega una historia turbadora sobre el peso del autoengaño, la fragilidad del dogma y la infinita ambivalencia del alma humana.

Aviso al lector: te atrapará sin remedio. Empieza a leer... pero no digas que no te lo advertimos.


04 julio 2025

Liderazgo y organizaciones: Anatomía de la jungla cotidiana.

 


En este caleidoscopio de artículos, el lector no se topará con la enésima apología del liderazgo blandengue ni con recetas prêt-à-porter para ejecutivos de cartón piedra. Lo que encontrará aquí es otra cosa: una disección lúcida, cáustica y profundamente humana de los entresijos organizativos, escrita por alguien que ha vivido dentro del sistema con los ojos abiertos y la palabra afilada.

Desde la postverdad institucional hasta el canibalismo simbólico del talento, pasando por las neuronas espejo, la entropía social o los pecados capitales del liderazgo, cada texto ofrece una ráfaga de pensamiento crítico, tan punzante como necesario. Lejos de la jerga vacía, el estilo combina rigor con ironía, erudición con relato cotidiano, y análisis psicológico con radiografías sociológicas de carne y hueso.

Este compendio no pretende convencer, sino despertar. No pretende liderar, sino provocar preguntas. A mitad de camino entre ensayo, crónica y ajuste de cuentas simbólico, la lectura ofrece al profesional —ya sea educador, directivo o terapeuta— un espejo incómodo pero honesto, donde mirar la cara menos amable del poder, la gestión y la mediocridad institucional.

En resumen: si alguna vez has sentido que tu organización se parece más a un teatro del absurdo que a un entorno racional, este libro-blog es tu casa. O tu refugio. O tu grito....

A continuación, en tres enlaces, recopilación de todos los artículos relacionados con este tema y que han sido publicados en este blog.

 


02 julio 2025

Fuerza y honor.

 

FUERZA Y HONOR.

Fuerza y Honor no es una simple colección de relatos cortos: es un campo de batalla literario donde cada palabra golpea como un mazazo y cada línea deja cicatriz. Estos textos no piden permiso: irrumpen, hieren, despiertan. Son imprescindibles, descarnados, sin anestesia. Retratan las grietas del alma humana con la precisión de un bisturí y la fiereza de un guerrero que no retrocede.

Desde la autopsia implacable de un narcisismo corrosivo hasta aforismos que estallan como granadas en la conciencia, esta recopilación se alza como un estandarte para quienes se niegan a vivir de rodillas. Aquí no hay consuelo fácil, pero sí coraje, lucidez, dignidad y resistencia. Cada relato es una trinchera en la que se libra la batalla por la integridad, la verdad y el sentido.

Títulos como "El tigre herido", "Todo fluye..." o "Reconstruir los territorios devastados" laten con la rabia del que no se rinde y la belleza del que sangra sin perder el alma.

Potentes. Necesarios. Reveladores. Te obligan a mirar donde más duele. Y a no apartar la vista.

“Fuerza y Honor” fue el grito de guerra de las legiones romanas, inmortalizado en Gladiator por Maximus Decimus Meridius (Russell Crowe). Aquí vuelve a resonar como lema de los que luchan con palabras, cicatrices y memoria. No te resistas... sumérgete en su lectura. 


1. El Ave Fénix y la resiliencia (1)

2. El Ave Fénix y la resiliencia (2)

3. Todo fluye...

4. Acosar, acorralar, perseguir...

5. Como buitres carroñeros...

6. Reconstruir los territorios devastados...

7. Plantar exige...

8. El festín de su colapso.

9. La Ley del Talión y el Síndrome de Estocolmo.

10. El tigre herido.






01 julio 2025

Blanco y Negro. Una herida que late...

 

Blanco y Negro no es un libro. Es una herida que late.

Cada relato corto de esta serie es una cicatriz que habla, una luz que se filtra en mitad del derrumbe.
No hay consuelo fácil. No hay final feliz. Hay verdad. Cruda, íntima, hermosa.
Hay una mujer que cae, que grita en silencio, que se reconstruye con manos temblorosas.
Y hay palabras que arden, pero también salvan.

No son historias, son espejos. Breves, pero demoledoras. Intensas, pero honestas. Un grito sutil para quienes se atreven a mirar de frente sus propios grises. Porque, al fin y al cabo, todos habitamos —en mayor o menor medida— esa zona incierta entre el blanco y el negro.


1. Si no existiera el blanco y negro. 

2. Prefiero morir que perder la vida.

3. Exorcismo

4. Despertar...

5. Pórtate bien.

6. Oscura crisálida.

7. Vuela alto. 

8. Cirugía virtual. 

9. Mantra.

10. Un nuevo comienzo. 




30 junio 2025

DIARIO DE UN PERFECTO IMBÉCIL... una sátira irredenta.

 

Prepárate para adentrarte en una sátira desbordante de ingenio, mala leche y humanidad. Diario de un perfecto imbécil no es solo una novela corta por entregas: es una bomba hilarante que estalla página a página. Con ecos de La conjura de los necios, pinceladas del absurdo lúcido de Eduardo Mendoza y la mordacidad de un Peter O'Toole pasado de rosca, esta obra desmonta lo cotidiano con bisturí de cirujano borracho pero certero.

Su protagonista —un idiota redomado y lúcido sin saberlo— nos guía por un desfile de personajes excéntricos, mediocres entrañables y genios involuntarios. Aquí el disparate es método, la torpeza es brújula, y el sarcasmo, religión.

Publicado por entregas en este blog, este diario es mucho más que literatura de humor: es una crónica feroz de la estupidez contemporánea, escrita con el ritmo imparable del que ya no tiene nada que perder.

Si alguna vez te has sentido demasiado lúcido para soportar lo que te rodea, este es tu refugio. Y si no… también. Porque reírse del mundo es el primer paso para entenderlo. O para volverse loco con estilo.

Empieza a leerlo ya... antes de que lo censuren.

Capítulo 1. "Ab initio".
Capítulo 2. Como decíamos ayer...
Capítulo 3. Entre brujas, hechiceras y calderos anda el juego... 
Capítulo 4. Ponga un filósofo zen en su vida 
Capítulo 5. Con la terapia hemos topado.
Capítulo 6. Calidad, el Santo Grial y otras leyendas urbanas. 

 

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VITAMINAS PARA NO MORIR (de estrés).